Origen de las tijeras


Allá en siglos pasados en Francia para elaborar unas tijeras había que pasar por las siguientes manos y en este mismo orden:

Forjador, herrero, pulidor, ajustador, rectificador de torsión, afilador, perforador, re ajustador, maestro de acabados, afilador, templador, sección de limpieza, sección de secado, segundo afilador y segundo pulidor.

El término TIJERAS viene del Latín Cisoria (instrumento de corte) y el verbo Scindere cuyo significado es "cortar". La primera vez que empleó el término "Cisoires" en Francés antiguo fue entre los años 842 y 1300 AD lo con lo que derivó la palabra moderna en francés "Ciseaux".

La historia habla de la existencia de las tijeras desde tiempos de los Asirios y los Sumerios, tijeras que se utilizaban para todo tipo de actividades dentro de los gremios de trabajo de las distintas culturas: tijeras para trasquilar a las ovejas, tijeras para cortar cabello, para cortar el cuero, para la crin de los caballos entre otras, pero no fue sino a finales del siglo 18 cuando comenzaron a aparecer en Francia fabulosas telas denominadas "31" debido a que estaban fabricadas con una trama de 100 veces 31 hilos. En ese tiempo, rondaba la expresión popular de: "Se vistió al 31" lo que quería decir que utilizó sus mejores galas .

Ya en la edad media, los forjadores eran grandiosos artesanos pues fabricaban armaduras, espadas que podían traspasar una armadura pero quedar intactas, y a partir de ellos fue que se creó y apareció ese nuevo gremio de artesanos fabricantes de tijeras. Y así como existían numerosos modelos de cuchillos con sus respectivos estuches comenzaron a aparecer tijeras rectas, curvas, cortas, largas, de oro, de plata, de nácar, con mangos de marfil, con mangos de madera y piedras preciosas, con estuches que a veces costaban más que la misma herramienta, tijeras para cortar el bigote o para abrir un paquete, tijeras para las costureras y para las bordadoras. Los comerciantes tenían un mundo por delante.

A finales del siglo XVI en Francia, la mayoría de la población era analfabeta por lo que el gremio fabricante de tijeras optó por grabarles un símbolo (un león coronado, una flama, una llave) para que la clientela pudiera pedirlas de esta manera. Las tijeras de barbero más finas y hermosas fueron siempre fabricadas en Solingen Alemania. Cuando el bordado y la tapicería estaban en la cúspide de la cultura europea aparecieron grandes artistas que lograron fabricar las tijeras más delicadas y precisas además de bellas. Además aparecieron las famosas tijeras para las bordadoras de encaje con las cuales la exactitud del corte era perfecta sin tocar ni dañar el encaje ya bordado.

No fue sino hasta 1825 cuando ya se habían establecido las fundidoras en el Este de la Unión Americana y se aprendió a trabajar con el hierro maleable que comenzaron a fabricarse tijeras en el Nuevo Mundo que incluso sobrepasaron la calidad de sus rivales en Europa. Las mujeres norteamericanas ya no se conformaban con simples telas trabajadas en telares caseros sino ya exigían los algodones y otras fibras importadas por lo que algo que no podía faltar en su costurero era un buen par de tijeras.

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