¿Qué es lo que te detiene?

http://goo.gl/xhgJqf

Estoy casi segura que todas y todos tenemos esas temporadas en que por alguna razón no nos acercamos a nuestra mesa de costura, de diseño, de dibujo.
Parece que tenemos al frente una serie de obstáculos que no nos permiten darnos ese tiempo tan personal.

Jane Dunnewold escribe en el último número de la revista Quilting Arts (Feb-Mar 2015) que hacemos a un lado el seguir cultivando aquella esencia rebelde y nos conformamos con el ir y venir diario haciendo que nuestro espíritu creativo vaya perdiendo fuerza.
Si hay quien opina que no tiene dentro esa esencia de rebeldía, déjenme confirmarles que todos la tenemos.



Todo ser humano viene programado con una hebra- un filamento de ADN que se llama Rebeldía. 
Sin ello jamás nos hubiéramos podido separar de nuestros padres y hacernos autosuficientes.
Desde que el hombre circula por la tierra, de no haber tenido este espíritu indomable no hubiera podido resistir el cambio climático o los peligros que lo acechaban día con día, así que de cierta forma este espíritu indómito fue destilado al paso de la evolución de nuestra especie.

Si todos lo tenemos, entonces de qué forma podemos sacarle el mayor provecho?
Jane Dunnewold afirma que la respuesta está en reforzar y comprometerse con esa fuerza creativa que traemos dentro y que simplemente la dosificamos, le permitimos expresarse y explayarse en el poquísimo tiempo que le dedicamos a lo nuestro pues van de por medio las necesidades de todos los demás antes de cualquier cosa.

Ese espíritu de rebeldía es el que tiene que proteger a toda costa el tiempo que necesitamos cada quien para sacar nuestros jugos creativos, para acceder a la paz y libertad que nos brinda el trabajo manual y estimulante.  Ese ser rebelde es quien tiene que proteger a capa y espada nuestras decisiones en relación a tiempo, herramientas de trabajo y energía para dedicarle al mismo.

Por supuesto que esto toma práctica.  Allí lo tenemos pero como todo en esta vida, para hacer algo con destreza y maestría se necesita practicarlo.
Todo el que hace trabajo creativo es merecedor de esas horas en su estudio, en su taller de costura o en la mesa donde tenga colocada la máquina de coser por ejemplo.
Estas son las horas donde la mente es libre, explora, inventa, crea, se deja llevar por rutas desconocidas llenas de colores y texturas sin temor a equivocarse.
Aquí no hay nadie que nos tenga que dar permiso, las reglas una las pone y una misma las rompe si uno así lo desea.

¿Reglas? Claro que hay reglas. En cada vida son diferentes y solo uno las conoce íntimamente.  Hay reglas de casa y reglas personales.  Hay algunas que se pueden romper pero otras no son negociables.
Las invito a hacer un inventario de las reglas de su vida. ¿Cuáles valen la pena? ¿Cuáles son verdaderas pérdidas de tiempo? ¿Hay alguna regla que se pueda postponer aunque sea por una semana? La máquina de coser nos llama a gritos y nos dice: Necesitas más tiempo conmigo!
¿Cuál es esa regla que no sabemos de donde vino pero que la respetamos a pie juntillas? Es importante saber su proveniencia, de donde se origina y porqué se apoderó de la llave de nuestro espacio creativo para no permitirnos entrar.

Así como el Cross-Fit es ahora la manera en que un atleta se entrena desarrollando fortalezas en distintas áreas corporales, nosotros podemos recurrir a infinidad de opciones para poder manejar y administrar el tiempo necesario para trabajar en el taller creativo.   Voy a dar un ejemplo:  Ir y venir con una libreta para hacer anotaciones, listas y garabatos respecto al proyecto en el que estamos trabajando. No hay porque quedarse con todo eso en la cabeza y hacer una mezcla de material creativo con la lista para el supermercado.  Al anotarlo, liberamos espacio mental donde podrá flotar el inicio de una nueva idea.

Algunos de los obstáculos que nos ponemos frente son los siguientes:
-No tengo suficiente tiempo, y si solo cuento con media hora cada mañana, no vale la pena ni sacar las telas ni menos los hilos.
-Demasiado tiempo: Tener tiempo de sobra hace más difícil tener una disciplina propia para sentarse a trabajar en la costura o cualquier otro proceso creativo.  Sin sentir urgencia, el tiempo sigue y sigue pasando.
-No hay un plan de acción claro y preciso: Sin saber qué se puede hacer, es muy difícil encontrar una dirección y mucho más tener entusiasmo por lo mismo.
-Muchas excusas: "Es muy caro para mí", "no sé dónde conseguir los materiales",  "la quilt se ve muy complicada", "aquí no venden buenos materiales", "me voy a tardar mucho tiempo en hacerla".
Todo esto es muy fácil de resolver.  La respuesta a estas preguntas que se convierte en una pregunta a su ves es: ¿Tienes o no tienes ganas de hacerlo?

Y.... el    M I E D O 
El miedo es el peor obstáculo que se pone frente a uno.  El miedo a fallar nos hace preguntarnos: Y si me siento a coser y no me gusta cómo me queda? Habré perdido mi tiempo!
O por el contrario, el miedo al éxito:  Y si hago un hermoso trabajo y entro a un concurso? Y si voy de gane y ahora necesito que alguien me ayude? Montar un pequeño taller?  No, mejor ni lo pienso... Mi vida cambiaría radicalmente. Como seres humanos tenemos la terrible capacidad de traducir algo bueno en algo potencialmente malo.
http://goo.gl/vlBWev

No hay que colocarnos al frente escenarios inalcanzables. No son propósitos de Año Nuevo ahora que ya estamos entrados en Febrero.  Es un paso frente al otro, a un buen ritmo, sin dejar de darlos, uno tras otro.  Nuestros seres queridos están ávidos de saber y sentir que pueden darnos ese espacio. Somos nosotros quienes nos hacemos el gran listado de excusas y pretextos.

Me gustaría mucho saber cómo va cada quien y disfrutaré enormemente sus comentarios a este artículo.

Escapadas con amigas

La hechura de un vestido Dior hoy día.