La tarjeta postal cobró vida en Inglaterra en 1870. La Real Oficina de Correos británica sacó a la venta tarjetas hechas de cartulina ya con el sello postal impreso. La gente criticó de inmediato la idea argumentando que era algo sumamente vulgar y corriente el que cualquiera pudiera leer lo que había uno escrito. No obstante, el primer día en que se validó este sistema, más de 500,000 tarjetas fueron enviadas y recibidas!
Ya en plena época Eduardiana - 1900- el sistema funcionaba viento en popa. Se hacían entregas tres veces al día, incluso a veces hasta más. Había quien enviaba una postal a su casa diciendo qué quería para el almuerzo, o quien enviaba una postal a la verdulería diciendo qué quería para que se lo enviaran a la casa. Comenzaba ya la era de la comunicación instantánea.
Enseguida aparecieron las postales impresas con diferentes motivos. Y más adelante cuando la Primera Guerra Mundial, la tarjeta postal cobró otro sentido pues las familias esperaban deseosas la llegada del correo con noticias de sus hombres que permanecían en el frente.
Comenzaron a circular también las postales bordadas y la gente encontró una nueva afición al coleccionarlas.
Lamentablemente, hoy día se han sustituido por tarjetas online o mensajes via Facebook o Twitter pero quien no se emociona cuando el cartero trae de repente una tarjeta de algún sitio lejano....
Cuando uno ha vivido fuera de casa por largas temporadas en aquellos tiempos donde no existía la comunicación instantánea, el correo postal era lo más maravilloso que podía existir, y el cartero la persona más esperada. Hoy los carteros solamente entregan correspondencia de bancos o cuentas por pagar. Habríamos de tratar de enviar de vez en cuando una postal y escribir el texto con pluma fuente y tinta china no creen ?
Lo más seguro es que en algún sitio de casa, en algun cajón existan algunas postales que el tiempo abandonó. Habría que rescatarlas, leerlas e imaginar esos instantes del pasado. Muchas nos servirían de inspiración al momento de diseñar mini Quilts también!
Ya en plena época Eduardiana - 1900- el sistema funcionaba viento en popa. Se hacían entregas tres veces al día, incluso a veces hasta más. Había quien enviaba una postal a su casa diciendo qué quería para el almuerzo, o quien enviaba una postal a la verdulería diciendo qué quería para que se lo enviaran a la casa. Comenzaba ya la era de la comunicación instantánea.
Enseguida aparecieron las postales impresas con diferentes motivos. Y más adelante cuando la Primera Guerra Mundial, la tarjeta postal cobró otro sentido pues las familias esperaban deseosas la llegada del correo con noticias de sus hombres que permanecían en el frente.
Comenzaron a circular también las postales bordadas y la gente encontró una nueva afición al coleccionarlas.
Lamentablemente, hoy día se han sustituido por tarjetas online o mensajes via Facebook o Twitter pero quien no se emociona cuando el cartero trae de repente una tarjeta de algún sitio lejano....
Cuando uno ha vivido fuera de casa por largas temporadas en aquellos tiempos donde no existía la comunicación instantánea, el correo postal era lo más maravilloso que podía existir, y el cartero la persona más esperada. Hoy los carteros solamente entregan correspondencia de bancos o cuentas por pagar. Habríamos de tratar de enviar de vez en cuando una postal y escribir el texto con pluma fuente y tinta china no creen ?
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