Un par de anécdotas referentes al Día Diez.

El día de madres se está festejando desde hace un par de días en diversos países. Aquí en México la fecha no es variable ni se acomoda al domingo anterior o al domingo después. Aquí es el Diez de Mayo y so pretexto, la gran Ciudad de México se colapsa pues entre marchas, plantones y no sé cuantos millones de automóviles, todomundo decide ir a visitar a su mamita.
Nosotros no festejamos el día como tal. Siempre hay un toque de broma y sarcasmo cuando les dijo que ya estoy esperando la licuadora que tanto me prometieron o la potente ultra aspiradora.
Sin embargo, quiero aprovechar la marca de esta fecha para contarles un par de anécdotas que algun día mis dos hijos se lo contarán a los suyos quienes pueda ser que se queden sorprendidos de que tuvieron una abuela que dormida y despierta vivía disfrutando su labor manual.
 Mi hijo Alfredo nació hace 24 años.  Durante el embarazo me hice adicta al Punto de Cruz. Bordé y bordé por casi nueve meses.  En mi maleta que llevamos al hospital iba un pequeño kit con tela Aída para bordar y un cuadernillo con abecedarios ilustrados pues pensé que podría yo bordar el nombre de la criatura una vez extraída de mi enorme panza (era enorme en verdad).  Alfi nació pesando 4 kilos y con el comportamiento de un verdadero Santo.  Comía y dormía, comía y dormía.  En el inter y ya en casa- esas 3 horas en las que uno trata de arañar un poco de tiempo para uno misma, yo sacaba el bordadito aquel.
Ya casi lo terminaba y estaba muy emocionada. Alfredo me había prometido llevarlo a enmarcar el fin de semana y ya era Viernes y aún me faltaban algunos detalles así que seguí bordando a marcha forzada. ¿Porqué uno se auto impone este tipo de metas? El caso es que se fue el hombre con el encargo de encontrarle un marco y un cristal, y yo me quedé con el niño en nuestra rutina que se repetía como reloj suizo.
Cuando el bebé llamó pasadas las siguientes 3 horas exigiendo su papa, me dispuse a ejecutar toda la maniobra y al momento de cambiar su pañal eché un grito horrorizada:  Dentro del pañal del recién nacido estaba la minúscula tijerita - sí, leyeron bien- tijerita , que utilizaba yo para el bordado !!!!! Cómo había ido a parar allí ese instrumento? aún lo ignoro.  Al niño no le pasó nada. Durmió acompañado de la tijerita y una vez comprobado que no hubo ningun daño, del terror pasé a la risa.
¿Qué futuro le esperaba a este niño? ¿Con esta madre que cose y cose y cose?  
De repente surge el anécdota y es cuando Isabel irrumpe a decir que con ella no me quedé atrás pero ni una pizca....
Isa tenía apenas 3 añitos cuando fuimos a un viaje relámpago a Houston Texas. Con dos niños, uno de 5 y otra de 3 no hay forma de hacer muchos planes y menos de organizar una ida a "Michael's", el paraíso de las manualidades en los Estados Unidos.   Quedamos que cada uno se llevaría a un niño y que nos volveríamos a reunir en un par de horas.  Al entrar a la tienda, por poco escucho cantos angelicales que provenían de todos los pasillos: hilos, telas, botones, libros, pinceles, cuadernos, pinturas, qué se yo.... todo un universo rebosante de maravillas manuales.  Era el inicio de Diciembre por lo que además la tienda estaba repleta de todo lo que se necesita para que reine el espíritu navideño.
En eso, me doy cuenta que no llevamos carrito de compras y que hay que ir a buscarlo afuera de la tienda.
-Isa, quédate aquí paradita que no me tardo nada y voy por un carrito.
Y así lo hizo.
Con lo que no contaba la pobre niña adorada es que al volver con el carrito, a su mamá la jalaría el Canto de las Sirenas del Quilt y el Patchwork y el Bordado y el Punto de Cruz.
Cubrí por completo toda la superficie de la tienda. Desde el pasillo 1 hasta el veinti-pico.  Y en eso el golpe de la realidad me cae como un yunque en la cabeza.... ISABEL !!!! donde estás?
Pues donde iba a estar sino junto a la caja # 1 donde la había dejado hacía casi 2 horas !!!!!!
Jamás me he sentido más "perro" que en ese momento.  Con su carita toda linda y dulce me dice: "te tardaste mucho".....  Perro? perro era poco... Mala madre, horrenda, horrible!!!! ¿Qué explicación vale para una criaturita de 3 años?
Y lo que más insecto me hizo sentir fue que al abrazarla y enseguida dirigirme con ella a la caja a pagar aquel cofre del tesoro que había yo ido amasando pasillo por pasillo me dice:
-"mientras venías por mí estuve viendo estos llaveros que están bien padres y quiero comprarte uno".....
 Hoy día, casi 18 años después, el llavero sigue siendo MI llavero y lo cargo en mi bolsa siempre.
Chicas que leen mi blog:  No soy una mala madre....no puedo pensar en solo festejar un día, un diez de mayo de cada año porque festejo a diario este par de hijos que tengo y que son la razón de mi existencia y de mi dicha diaria.
Parece que ninguno de los dos ha tenido todavía que ir a psicoanálisis (o por lo menos eso creo) porque tienen una mamá que parte de su corazón y su alma están hechos de Patchwork.

Organizador

Matryoshka